Escalerita

Pensó muy seriamente, con los puños cerrados sobre la mesa y los dientes muy apretados, en escribir:
Estimado tutor; sé que piensa que mis métodos en la escritura son inmaduros, cree que no tengo ni las ideas claras, ni la técnica que usted pretende adecuada para desarrollar el trabajo que me ha sido mandado.
Usted cree que cumplir a rajatabla sus normas me llevará a algún sitio algún día. Yo le digo que coartar mi libertad, mi ingenio, mi optimización de recursos me dirige solo y exclusivamente a la ciudad de los pusilánimes.

Desbarató momentáneamente uno de los puños para recoger un poco de baba con la manga y continuó su redacción imaginaria:
Espero que lo comprenda; usted no se dará cuenta de lo que pienso hacer, y tan solo descubrirá que he llevado a cabo mi plan, tiempo después de haber calificado mi trabajo de “Sobresaliente” como mínimo. Porque no será como su estúpida rigidez requiere, al final habré gastado menos tiempo y servirá para obtener los mismos resultados que los que me rodean, ovejas insensatas.
Odio su altivez y su falta de empatía con los que somos diferentes.
Atentamente
Luisito.
Relajó las manos, tiró de las mangas hacia delante para no ensuciar los puños de la camisa y con la manita izquierda tomó una crayola azul y empezó:
a____e___i__o____u_____a___e_____i_____o_____u
a____e___i_o___u______a____e_____i_____o____u
a___e___i__o__u______a_____e_____i_____o_____u
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JLVL