He visto un video que me había aparecido mil veces antes en FB al que no había puesto nunca el menor interés.
Seguramente les ha aparecido a ustedes también. Se trata de una especie de tutorial recomendadísimo para todos los padres, donde una niña muestra cómo romper fácilmente unas esposas de plástico (llamadas latiguillos o bridas), en caso de estar maniatado. Unos segundos, una técnica sencilla, un, dos, tres y ¡zaz! se libra. No es que no sea interesante, pero yo he llorado simplemente.
La misma táctica me serviría para arreglar cercas averiadas, o abrir regalos muy bien envueltos, liberar a una mascota atrapada, hacer fuego en un campamento... pero no, nunca se me hubiera ocurrido esta recomendadísima solución para una situación tan aborrrecible como se deja adivinar.
Procuraré cambiar esas imágenes en mi mente, por las una niña rompiendo emocionada el cordón de una caja enorme, con un truco nuevo para romper embalajes.
De paso pensaré que la otra gente que no se ve en el video, pero que se sobreentiende, está buscando ideas para regalar a sus hijos. 


JLVL (el inocente)

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