Una propuesta para regular insultos online
Creo absolutamente en la libertad de expresión e incluso en el derecho de insultar.
Lo que me molesta en extremo es la bajeza, la insensatez y la facilidad para decir barbaridades cada vez más simplotas. La mejor vejación es la que el otro no entiende.
Así que se me ha ocurrido una interesante normativa; el “sistema de insultos por puntos”.
Funcionamiento:
Todo usuario, incluso un anónimo, parte con 1000 puntos –por ejemplo–, que corresponden a una cantidad X de palabras y el derecho libre e infinito de escribir y ofender a quien le venga en gana.
Pero cada vez que se agravia, se penalizará restando puntos según cierta categoría; los más vulgares y repetidos (se actualizarán con algún algoritmo que mida la reiteración); por ejemplo “hijo de puta”, te resta directamente 250 puntos, en cambio “carcamán, solo te resta 7 puntos.
Si no agravias, se te abonan 20-50 puntos más y puedes usar caracteres acumulativos en tu X inicial al mes siguiente.
De tal manera que no restamos libertad de expresión y ampliamos vocabulario, ingenio y a su vez el insultado se siente menos agredido.
Un ejemplo práctico:
Una persona publica una foto o un post con la que estás notoriamente en desacuerdo y en los comentarios te da por escribir:
“qué hijo de la chi*, ojalá otro cab* te haga lo mismo y tú y tu pu* madre se mueran, pinch cul* mam* y chupav*”.
Se te acabó la red social hasta el próximo mes, y te quedarás con malas vibraciones. Lo que yo llamaría “no-world-wide-web-stress”.
En cambio, con mi propuesta podrías escribir extactamente lo mismo:
“Ah, descendiente de estirpe impura, ojajalá otro canalla te haga lo mismo y tu y tu progenitora mancillada que fue, fenezcan, sollastre, traidor y lechón de apéndices reproductivos”
A lo mucho 24-25 puntos, tienes la oportunidad de seguir ofendiendo con un margen bastante amplio el resto del mes, liberarte de tus traumas psicológicos y consultar mucho un diccionario de sinónimos, incluso mejor: leer el Quijote para promoverte como ilustre insultador, un “influencer” del ultraje.
No es un gran plan, pero me he entretenido un rato consultando sinónimos en mi viejo diccionario de la estantería. El papel sigue siendo un dispositivo inagotable y wireless.
JLVL
Lo que me molesta en extremo es la bajeza, la insensatez y la facilidad para decir barbaridades cada vez más simplotas. La mejor vejación es la que el otro no entiende.
Así que se me ha ocurrido una interesante normativa; el “sistema de insultos por puntos”.
Funcionamiento:
Todo usuario, incluso un anónimo, parte con 1000 puntos –por ejemplo–, que corresponden a una cantidad X de palabras y el derecho libre e infinito de escribir y ofender a quien le venga en gana.
Pero cada vez que se agravia, se penalizará restando puntos según cierta categoría; los más vulgares y repetidos (se actualizarán con algún algoritmo que mida la reiteración); por ejemplo “hijo de puta”, te resta directamente 250 puntos, en cambio “carcamán, solo te resta 7 puntos.
Si no agravias, se te abonan 20-50 puntos más y puedes usar caracteres acumulativos en tu X inicial al mes siguiente.
De tal manera que no restamos libertad de expresión y ampliamos vocabulario, ingenio y a su vez el insultado se siente menos agredido.
Un ejemplo práctico:
Una persona publica una foto o un post con la que estás notoriamente en desacuerdo y en los comentarios te da por escribir:
“qué hijo de la chi*, ojalá otro cab* te haga lo mismo y tú y tu pu* madre se mueran, pinch cul* mam* y chupav*”.
Se te acabó la red social hasta el próximo mes, y te quedarás con malas vibraciones. Lo que yo llamaría “no-world-wide-web-stress”.
En cambio, con mi propuesta podrías escribir extactamente lo mismo:
“Ah, descendiente de estirpe impura, ojajalá otro canalla te haga lo mismo y tu y tu progenitora mancillada que fue, fenezcan, sollastre, traidor y lechón de apéndices reproductivos”
A lo mucho 24-25 puntos, tienes la oportunidad de seguir ofendiendo con un margen bastante amplio el resto del mes, liberarte de tus traumas psicológicos y consultar mucho un diccionario de sinónimos, incluso mejor: leer el Quijote para promoverte como ilustre insultador, un “influencer” del ultraje.
No es un gran plan, pero me he entretenido un rato consultando sinónimos en mi viejo diccionario de la estantería. El papel sigue siendo un dispositivo inagotable y wireless.
JLVL
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