15 años encima, nomás pa' pasar el invierno


Terminó el otoño, y creí que me había pasado la depresión.
Decidí por fin recortarme la barba desproporcionada y mirarme con ilusión al espejo al terminar.
El primer error fue quitarme los anteojos. El segundo errar la posición de profundidad del aparato recortador y dejarlo al 1/10 en vez de el 3/10 que normalmente uso para aparentar más volumen, porque no me sale mucho pelo en la cara, como adolescente lampiño.
Estaba alegre y cantarín. De repente, medio borroso y a media tonada, me sorprendieron lo blancos que resultaban mis pelos faciales mientras los cortaba, pero estaba optimista y me figuré que sería “un tipo maduro e interesante” al terminar el ritual de recorte. El tipo como el que yo fantaseaba cuando tenía 20 años, claro que aquél tipo imaginado tendría de 18 años menos que los míos en la actualidad… en fin, medianamente maduro y con canas.
A medida que recortaba, más blanco salía por debajo. Al finalizar me miré medio desenfocado, notaba que el blanco no era parejo, no era bonito, ni era atractivo… eran manchones blancos en una cara que ni es clara ni es oscura, ni redonda ni alargada, simplemente cachetona y con el corte de pelo desentonado.
El "señor maduro interesante" está por venir… o será dentro de poco un "viejo interesante?", "un senil curioso"?… ojalá.
Me pondría las gafas para ver con claridad a un cachetón canoso y ya está., pero me metí en la ducha, finalicé y me puse los anteojos. No me atreví a enfrentarme al espejo.
Consternada mi mujer, y disimuladamente, me preguntó: ¿Te has hecho algo?
Sí –le dije–, Me puse 15 años encima nomás pa' pasar el invierno.

JLVL

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